Redacción Noticias 22 septiembre, 2019

Decían que hay que ponerle plata en el bolsillo a la gente, que hay hambre, que no puede ser que tarifas y servicios estén dolarizados con salarios en pesos y que «se gobierna para los ricos». Ok.
La gente votó enfurecida y el resultado los dejó en solo 24 horas, un 30 % más pobres y creó un vacío de poder que las mafias de siempre, sin esperar el 27 de octubre, ya están dirimiendo en las calles con los piquetes, en el interior tajeando silobolsas, caballos criollos de exposición y en todo el país, ocupando campos y terrenos particulares. Ya hay enfrentamientos armados entre vecinos y ocupas.
Las organizaciones sindicales y sociales con la excusa de reclamarle a Macri, prenden fuego a todo pero la verdadera razón es hacer una demostración de fuerza que los posicione de cara a lo que viene.
«Aguantá hasta diciembre que vamos a estar mejor», te dicen militantes y dirigentes que ya se prueban el traje de funcionarios un mes antes de las elecciones.
El tema es que, el círculo íntimo del ¿futuro? presidente dice una cosa y la dueña del poder real, otra completamente distinta. Veamos:
En declaraciones a la prensa, los economistas de Alberto Fernández, Cecilia Todesca y Emanuel Alvarez Agis, manifiestan sentirse cómodos con un dólar alto. ( Remedo de aquel «con nosotros el dólar estará recontra alto) que le propinaron tanto a Alfonsín como a De La Rúa, incendiándoles el país y apurando su caída.) Agis particularmente, dice que «las tarifas están atrasadas un 70 %». ¿Entonces? ¿No era que Macri mentía y los aumentos se producían porque beneficiaba a los sectores energéticos?
También van saliendo a la luz los detalles del pacto social que propone «Alberto», con la Iglesia, los sindicatos y los empresarios: aumento de salarios para recomponer el consumo al mismo tiempo de un «sinceramiento de variables», (eufemismo para un ajuste brutal diez veces peor que el de Macri) para luego congelar precios y salarios, suspender paritarias «hasta que mejore la situación» y llevar a cabo la reforma laboral y previsional que le negaron sistemáticamente a Cambiemos por «atentar contra los derechos de los trabajadores y de los compañeros jubilados». Nada nuevo. Lo que se propone, es un remedo del plan Duhalde – Remes Lenicov del período 2001 / 2002.
Entonces, olvidáte del asado. Pasará mucho tiempo hasta que puedas comprarlo.
Pero todo este plan tiene un «pequeño problema», llamado CFK. (Y La Cámpora) La Zarina de Tolosa, sigue en gira con un libro que no escribió ni leyó, diciendo incluso cosas contrarias a las que afirma su «Ghostwriter» en las páginas del libelo. En este tour psiquiátrico, viene afirmando lo que realmente propone el «Frente De Todos», de cara a lo que viene:
Emisión descontrolada, congelamiento tarifario, eliminación total de los organismos de control, modificación del poder judicial a un servicio funcional al poder, ampliación de la Corte Suprema completándola con jueces adictos, reforma de la constitución y como si todo esto no causara suficiente espanto, se propone «discutir» la formación de precios y el margen de ganancias, la distribución de la riqueza y el concepto de propiedad privada.
El país que propone el candidato a presidente, nada tiene que ver con el que propone su candidata a vice. Demencial…
La cuestión es que la historia nos enseña cómo se resuelven las diferencias ideológicas en el peronismo: Con un baño de sangre.
La realidad nos muestra que Alberto Fernández se encamina, si así lo deciden las urnas, a ser el «Tío Cámpora», del siglo XXI y durará en la presidencia (y en el poder) lo mismo que su nefasto predecesor, encaminándonos una vez más a una tragedia que se repite en forma circular, como un destino manifiesto de los argentinos.
De ahí la importancia del voto a emanar el 27 de octubre. O rescatamos la república intentando dejar atrás la narcopolîtica, las mafias y el discurso ideológico rancio y cerril, o nos perdemos definitivamente en el fango de la historia.