Redacción Noticias 16 septiembre, 2021

La flaqueza de carácter no puede disfrazarse de moderación y la misma no puede esgrimirse de cara a los cobardes y los violentos que ante tal muestra de debilidad, se empoderan y redoblan la apuesta sintiéndose impunes.
Lo hemos comprobado con sangre, sudor y lágrimas, en estos 18 años.
Lo estamos sufriendo, ahora mismo.
Dos mujeres de la talla de las agredidas, quienes con coraje, firmeza y convicciones, enfrentaron a lo peor del poder, merecían del espacio que oportunamente las convocó y de toda la dirigencia política en general, un acompañamiento a su altura.
No ocurrió. Lo irónico, es que las convocaron por dichas cualidades pero en circunstancias como esta, no las pueden defender porque, «es más complejo».
Pero el tema no se ciñe a las damas en cuestión. El agravio brutal, violento y tribunero, de vestuario de hombres, (aunque los agresores distan mucho de serlo) es hacia todas las mujeres; sobre todo, las que ahora mismo sufren violencia de sus parejas o entorno familiar o aquellas que cargan con tremendas cicatrices del pasado.
Y fue hecho a la vista de todos, en horario de protección al menor, en el «Prime Time» de la mañana.
Salvo unos pocos, todos callaron.
Desde el Sr. Intendente y su Secretaria General y de Gobierno, (Cero Sororidad) hasta el Área de Género, la Secretaría de Derechos Humanos, la Defensoría del Pueblo, Tercera Edad y Discapacidad, (se acusó a una madre de utilizar políticamente las capacidades de su hija para «dar lástima») la Presidente y todos los ediles del HCD.
Tampoco se manifestaron el Frente de Todos y Unidad Ciudadana, sobre todo esta última fuerza que hace de las cuestiones de género, su bandera. Después pegan carteles con la foto de niñas y mujeres asesinadas en las bancas del Concejo…
También hacen silencio las Organizaciones Sociales que si de algo saben y algo ven, es la violencia en los barrios populares.
Reitero: Todos callaron. Ni uno solo se comunicó con estas damas para ofrecer solidaridad y ponerse a disposición.
Ni uno solo condenó a los agresores y lo que es peor, reciben cuantiosa pauta del Poder Ejecutivo, es decir, dinero de los contribuyentes que se utiliza entre otras cosas, para denigrar y degradar, tanto a ciudadanos, como al rol social y cultural de un medio de comunicación.
Es muy grave lo sucedido. Tanto más, el silencio, la inacción o la tibieza.
Si un espacio no puede defender valores tan vitales para la sociedad, no merece el acompañamiento de la misma.
Si un líder no puede defender a las mujeres que lo acompañan, ¿con qué argumentos podrá defender la representación popular otorgada en el Concejo Deliberante, espacio salvaje dónde el poder hace de las suyas?
Si un líder no encuentra la manera de ejemplarizar desde la moderación pero con firmeza y convicciones, que hay límites que no se pueden cruzar, que el contrato social no es un chicle que se estira y retrae a gusto individual y que todos tenemos derechos pero también obligaciones, entonces no estamos hablando de liderazgo ni mérito, solo de astucia marketinera para aprovechar una coyuntura determinada en el lugar correcto, a la hora indicada.
Con un espíritu tan endeble, ¿cómo hacer para transformar la realidad de un distrito devastado, con comedores y merenderos que surgen por doquier, drogas en los barrios, inseguridad acuciante, atraso estructural, turismo en decadencia, cultura agonizante y producción agrícola empantanada?
Ni siquiera han tenido el valor de firmar ese pálido documento con sus nombres y número de documento.
Una vez más, no dan la talla.
Para regocijo de tahúres y sinvergüenzas, y desesperación y desconsuelo de una sociedad que necesita imperiosamente justicia, valores y nuevos aires de convivencia en el respeto de la norma