Redacción Noticias 8 agosto, 2019

CUESTIONAR, SEMBRAR DUDAS, NO ACEPTAR

El «Frente de Todos», continúa con la estrategia de sembrar dudas por el sistema adoptado para las próximas elecciones. Abren el paraguas ante una eventual derrota y estas acciones son funcionales en caso que la misma se produzca, para no aceptar los resultados y seguir en esta confrontación permanente que tiene su base según el delirante relato, «en la ilegitimidad del gobierno». Enarcarse en lo popular, desconociendo el voto popular si el resultado no es el esperado. Un clásico de la perversidad. 

Si esto no fuese tan grave, resultaría desopilante que quienes han robado y quemado urnas, enviado telegramas de certificados de escrutinios apócrifos que no se correspondían con las mesas en cuestión, los que permitieron otorgando documentos argentinos a diestra y siniestra que ciudadanos de Paraguay voten en nuestro país, los mismos que en Chaco y Formosa, arrean a miembros de los pueblos originarios a corrales como si fuesen ganado (circunstancia denunciada y filmada en tres ocasiones por la televisión nacional) reteniéndoles los DNI hasta el acto eleccionario, los mismos que ponen fiscales que votan agregados en sus mesas y luego se van a votar dónde están empadronados, los del voto cadena y mil acciones del «folclore mafioso electoral», denuncien maniobras fraudulentas en los comicios. Como dice el refrán: «Piensa el ladrón que son todos de su condición». El Kirchnerismo, es una proyección permanente de su vileza. 

El tema es que, si el «Frente de Todos», no triunfa en Octubre / Noviembre, volveremos a un escenario de agite y operaciones de todo tipo que han fatigado a la sociedad en los últimos cuatro años, además del agobio económico por la torpeza y mala praxis del gobierno. manteniendo un escenario de anormalidad que hace imposible la vida ciudadana, el desarrollo y el crecimiento de un país. Es un grave dilema, pues la grieta es moral y no es posible resolverla en ninguna mesa de negociaciones. Solo el tiempo y la madurez de las nuevas generaciones, pueden saltearla. 

Por otro lado, y si la sociedad así lo resuelve, tal vez y sin saberlo, estemos asistiendo a los últimos estertores de una secta radicalizada que se irá extinguiendo lentamente a través de la única manera posible y deseable: el voto popular. 

Decía Raúl Alfonsín a quién tanto usan de uno y otro lado de la grieta: «Los males de la Democracia, se curan con más Democracia”.